Y tú, ¿de qué parte estás?

Hoy me veo obligada a escrbir de nuevo (no me cansaré de hacerlo) sobre el cambio climático, y lo hago tras haber leído una noticia que me ha puesto los pelos de punta: «Seis estados de EEUU exigen que los profesores enseñen el negacionismo  del calentamiento global como teoría científica válida«.

No contentos con prohibir la emisión de un capítulo de una serie que hablaba sobre el tema, ahora pretenden sabotear la educación negando la evidencia. Aunque también hay alumnos que «de motu propio», en estados en los que «al profesor se le permite enseñar», prefieren levantarse y marcharse, antes de oir una explicación razonada y coherente sobre el calentamiento global.

Estos alumnos que estudian hoy en las aulas son el futuro, así que, ¿qué le puede esperar a nuestro planeta si a los que les va a tocar poner en marcha soluciones tienen una venda en los ojos?. No ver la solución es malo, pero no ver el problema es peor.

Texas, Luisiana, Dakota del Sur, Utah, Tennessee y  Oklahoma parecen ignorar todas las pruebas que se han reunido durante los últimos 50 años, que demuestran que el planeta se está calentando y que los humanos son en gran parte responsables de ello.

Existen, y han existido siempre, causas naturales que hacen que el clima cambie: el movimiento de los continentes, la actividad volcánica, las corrientes oceánicas, la actividad solar…; pero lo que nadie puede negar es que este cambio climático, que se produce de forma natural, se está viendo acelerado/modificado/influido/alterado por la actividad humana, el 97% de los cientificos que apoyan esta teoría ¡¡no pueden estar equivocados!!

Para entender cómo se produce el calentamiento global, voy a explicar brevemente en qué consiste el Efecto invernadero.

La atmósfera está compuesta de unos gases: vapor de agua, dióxido de carbono (CO2), nitrógeno, oxigeno, helio, hidrógeno, etc…La radiación solar atraviesa la atmósfera a través de estos gases, hasta llegar a la superficie de la Tierra. Parte de esta radiación calienta la superficie de la tierra, y parte se reemite de nuevo hacia la atmósfera donde es retenida parcialmente por estos gases (gases de efecto invernadero), provocando un calentamiento de la atmósfera en sus capas bajas. Esto hace posible la vida en el planeta. A este fenómeno se le denomina efecto invernadero natural.

A su vez existen otros procesos, como las corrientes de aire, la evaporación, la formación de nubes y las lluvias, que transportan dicha energía reemitida a zonas altas de la atmósfera, y de ahí se libera hacia el espacio. Afortunadamente esto ocurre muy lentamente, y digo afortunadamente porque si la superficie de la Tierra pudiera irradiar libremente la energía, nuestro planeta sería un lugar frío y sin vida.

Si desde la superficie de la Tierra nosotros emitimos más gases de efecto invernadero, la composición de la atmosfera se verá alterada y también lo hará su capacidad para retener la energía y elevar la temperatura. Esta alteración antropogénica del efecto invernadero natural provoca un calentamiento global, lo que nos lleva irrevocablemente hacia el cambio climático.

Esto se nos presenta como un problema complejo ya que la solución requiere que la totalidad del planeta actúe de forma coordinada, unánime y consensuada, y además lo haga de forma continuada en el tiempo, ya que no se trata de un problema puntual que se solucione con una acción determinada. Por eso cada vez que leo cosas de este tipo, veo más lejana la posibilidad de cambio y me hago una pregunta, ¿por qué no construirán un cohete gigante para meter a todo aquel que no quiera un planeta limpio y sano?

Termino con una frase que leí una vez por ahí y que me ha venido a la cabeza cuando leí esta noticia de los EEUU: » Antes de mejorar la inteligencia artificial, ¿no sería mejor eliminar la estupidez natural?»